martes, 4 de septiembre de 2012

Cuando no hay tiempo para entrenar...sí hay tiempo

Este es un blog escrito en primera persona, donde pretendo reflejar el camino para encontrar el tímido six pack que todos llevamos con nosotros. Tengo un six pack, oculto porque es tímido, pero lo tengo...
Hoy tocaba entrenar. Era una obligación impuesta por mí mismo. También podría ser un día ideal para buscar excusas: estoy cansado, no tengo tiempo, no me apetece mucho porque tengo muchas cosas que hacer, etc. Lo primero es ser tajante con uno mismo, ser práctico y racional.
¿Es verdad que estoy tan cansado? Veamos, llegué a casa al mediodía con las pilas un poco bajas. Opciones: tomar un café, dormir una siesta en el sofá o hacer una sesión de push ups. De las tres alternativas la más tentadora era el sofá. Las tentaciones siempre aparecen cuando tenemos un camino marcado y claro hacia donde queremos ir. Son distracciones, como la conocida metáfora de los cantos de sirena. Si no hay una ruta clara, las tentaciones parecen inexistentes, pero son las mismas, e igual de peligrosas. Me impuse la sesión de push ups mientras preparaba la comida. No tardé mucho en finalizar, pude comer tranquilo y con más apetito y mejor humor. Después de comer una ligera sesión de estiramientos mientras veía una serie en el televisor ¿realmente no tenía tiempo? En poco menos de dos horas había conseguido bastante más de lo que hubiese hecho si cediese al chantaje del cansancio y la falta de tiempo.
Por la tarde las mismas tentaciones. Vale, hoy no tocaba correr 90 minutos, pero mi plan era más sencillo: calentamiento, entrenamiento de intervalos de alta intensidad (utilizando el timer que me descargué) abdominales y enfriamiento. Todo en aproximadamente 30 minutos. Es decir, sí había tiempo, sí podía hacerlo y sí, estoy mucho mejor ahora, antes de acostarme, que si hubiese dormido la siesta y tomado litros de café.
He aprendido una buena lección y al reflejarla por escrito me estoy compremetiendo más aún con mis planes.
Por último y para finalizar, ayer me crucé en la calle con mi monitor de karate, las clases comienzan ya, la semana del 10 de septiembre, así que no hay que perder tiempo, ni sucumbir ante las tentaciones... hay que entrenarse, para despertar el six pack dormido.