Tenemos un cuerpo preparado y diseñado para ser utilizado. Muchas veces me siento agarrotado y cansado, pero después de una sencilla sesión de estiramientos mi cuerpo funciona mucho mejor. Tiene su explicación, aunque tampoco quiero aburrir con demasiada teoría. Sí diré que al estirar aumentamos el flujo de sangre del músculo implicado, además de otros efectos, conseguimos que las fatigadas fibras musculares puedan recuperarse mucho antes. Con la edad merma esa capacidad natural de recuperación, así que toda ayuda (y esta es una ayuda natural y económica) será bienvenida.
Además de todo esto soy practicante de Kárate, lo cual implica movimientos en todas direcciones de mis piernas en forma de patadas. Hacerlo sin tener una buena elasticidad y flexibilidad resulta un poco doloroso... puedo asegurarlo. Sin necesidad de practicar Kárate, artes marciales o ballet, estirarse es bueno, y gratuito.
Hay diferentes tipos de estiramientos. Yo intento dedicarle unos 20 minutos diarios, suelo hacerlo en el salón, mientras veo la tele, con ayuda de una esterilla. Rápido, barato y sin molestar a nadie.
Por cierto, aún no he comenzado en serio en el protocolo Tabata, pero eso sí, he conseguido bastante rutina con las clases de Kárate. Veremos si para la semana que viene puedo dedicar 3 días al mencionado protocolo Tabata, más entrenamiento de la fuerza. Como último comentario quisiera decir que entrenar la fuerza no implica reducir la flexibilidad de nuestros músculos, al contrario, ambos entrenamientos se complementan muy bien y son necesarios para conseguir una buena forma física.
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